El esténcil es hoy una expresión artística que invade las calles de las grandes urbes del mundo y su historia en la Argentina se remonta al arte rupestre de la región Patagónica del Cañado del Río Pinturas, mas precisamente en la Cueva de las Manos donde los pobladores de 9000 años atrás sellaron sus testimonios de vida. La fama de estas imágenes: manos, guanacos y figuras geométricas estampadas en la piedra de la cueva, constituyen la más antigua expresión artística de los pueblos originarios y ha sido designada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. El color de las improntas de las manos negativas dependía de la obtención de la materia prima cercana a cada yacimiento pero en su mayoría, son el rojo (hematina), el blanco (caliza), el negro (manganeso o carbón vegetal) y el amarillo (limonita u ocre amarillo) y su ubicación solitaria en el noroeste de la estepa santacruceña le ha permitido conservarse casi intacta.
Mas recientemente, se lo asocia al polifacético Luís Seoane (1910-1979) pintor, escultor, grabador, ceramista, poeta y narrador nacido en Argentina en el seno de una familia de emigrantes gallegos, como uno de los precursores en esta técnica. El termino esténcil según la Real Academia Española, se traduce como “estarcir”, un verbo que proviene del latín “extergere” y significa enjuagar, limpiar; estampar dibujos, letras o números permitiendo que el color fluya a través de un instrumento adecuado, sobre pedazos de metal recortados.
Fue a partir de 1945 que Seoane se dedicó intensamente a la pintura, faceta plástica en la que cuenta con innumerables exposiciones individuales y colectivas y obras en diversos museos. Como artista, Seoane se relacionó con Henry Moore, Picasso, Lucian Freud y Óscar Domínguez. Se expresa en una figuración que se nutre de recursos populares gallegos fusionados con elementos propios de las vanguardias internacionales. En sus distintas etapas hallamos sugerencias dadaístas, constructivas y metafísicas.
Otra parte de la historia del esténcil en Argentina le pertenece a Juan Carlos Romero quien se destaca por ser uno de sus más prominentes impulsores. Reconocido por su activismo en el arte político y un promotor del arte en los colectivos, gano el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de las Artes en 1969 con su obra “O”, un esténcil de color.
Mariano Levat es otro de los pioneros del esténcil en Buenos Aires. Sus campañas comenzaron en 1979 durante la dictadura militar bajo el pseudónimo de “Kultura de la Resistencya”. En 1985, formo parte de la “Wall Writers Brigade“ en la Nicaragua Sandinista y su trabajo ha recorrido las calles de Lisboa, Paris, Venecia y la ciudad de Burgos en España.
Pero, el uso del esténcil recién despego en Argentina a principios del Siglo 21 desarrollando una identidad propia y ocupando un lugar de privilegio como una nueva técnica publicitaria alternativa.
Aunque el arte urbano en realidad nace de una búsqueda personal del artista, no tardo mucho en encontrar un importante rol a la hora de interpretar y expresar los temas sociales más urgentes.
El impacto inesperado y subliminal de su mensaje sin duda interactúa de más en más con el ciudadano común que busca producir cambios en su percepción de lo cotidiano.
Hoy en día, los artistas urbanos exhiben su arte en las calles no solo para entablar un dialogo con la sociedad sino para provocar un cambio en la apariencia de las ciudades que habitan. Sus trabajos pueden recrear la realidad de quienes viven sin techo o tal vez incitar al transeúnte a la participación en la vida ciudadana y ya casi no existen ciudades donde los artistas urbanos no promuevan su arte en mayor o menor escala.
CREATIVIDAD E INNOVACION
El Arte Callejero es en la actualidad un arte amplio para el cual se utilizan todos los medios y soportes: la escultura, el dibujo, la pintura, etc.- a través de una cuidadosa construcción artesanal.
Los artistas urbanos están a la vanguardia del mundo creativo, cambiando constantemente sus materiales, sus “atriles” y su público. Además, trabajan a través de un discurso inteligente para el cual apelan a factores tales como el humor, la riginalidad, y la política.
Los artistas urbanos se nutren de material mirando las calles y el movimiento de la gente a lo largo de toda la ciudad. A través de su trabajo, invitan a los peatones a que se detengan y miren; que se den cuenta de las diferentes caras y estructuras de la ciudad
Ellos crean piezas desde lo más intrínseco de cada lugar tomando en cuenta los diferentes sentidos urbanos: medidas, olores, sensaciones, sabores y sonidos, factores todos que les permiten darle vida a sus trabajos sobre las paredes, ladrillos o techos.
Su manera de hacer arte se ha instalado en las calles simulando una paleta de colores virtual para las personas que van camino al trabajo o al colegio, para los niños que juegan en las plazas o para los turistas.
SWOON llego a Buenos Aires en el 2006. Para la creación de sus piezas observo la ciudad, la dibujo, tomo centenares de fotos y tras absorber toda esa información, la reflejo plasmandola sobre las paredes de la ciudad.
Hoy en dia, su trabajo forma parte de las colecciones permanentes del Museum of Modern Art (MOMA) y del Brooklyn Museum of Art de Nueva York. Buenos Aires fue una parada mas en una larga lista de ciudades que ha intervenido con su arte.
Ella reconstruye la vida de estas ciudades a través de sus personajes fantásticos: la bicicleta, el deliveryman, los trabajadores de la construcción o los niños que juegan en las calles.
Estos personajes se convierten en parte de una ciudad ficticia y universal y sus recortes de papel se convierten en una parte de cada edificio; mientras que el papel
de prensa que utiliza resiste y se cae con la ciudad que cambia.
